jueves, marzo 29, 2007

El amor ciego

Una antigua y conocida leyenda cuenta que todas las vivencias y las emociones humanas solían encontrarse en un frondoso bosque mágico pra jugar. Allí, el odio, la esperanza, la envidia, el amor y el miedo correteaban riendo sin parar perseguidas por el rencor, la locura, la traición, la alegría y la curiosidad.
Dicen que un día, jugando al escondite, la locura buscaba el amor que se había escondido entre una montaña de hojas, la traición le acercó un tridente de afiladas puntas y la instó a pinchar el follaje para descubrirlo. Así lo hizo la locura sin sopesar el daño que resultaría de su acción. Cuenta la leyenda que, desde entonces, el amor se quedó ciego y que la locura, llena de culpa, decidió guiar sus pasos.
Después de tanto andar juntos el amor y la locura, terminaron haciendo pareja y disfrutaron inmensamente. Pero pocas cosas son eternas, y llegó un momento en el que el amor, cansado de tanto delirio, descontrol e incertidumbre, dejó a su lazarillo y decidió casarse con la razón.
El amor no se equivocó en su decisión, porque guiado por la razón los peligros desaparecieron y las inseguridades se desvanecieron con ellos.
Nada es perfecto, porque pasado un tiempo el amor empezó a darse cuenta de que en medio de tanta seguridad estaba muy tranquilo pero se aburría como una ostra.
Después de mucho pensarlo y consultarlo con su amiga la fantasía, el amor tomo una decisión, o mejor dicho dos: seguiría casado con la razón, pero se daría la libertad de vez en cuando de encontrarse con su vieja y amante compañera, para dejarse llevar por ella y perderse en la locura, por un rato, antes de volver, renovada, a los seguros brazos de la razón.
Nota de Armas: Todo en la vida corre el riesgo de ser monótono y rutinario. Está en nuestras manos hacer que cada día sea especial y único, aunque lo que nos rodee sea eterno.

2 comentarios:

la gata dijo...

Que cabron el amor!

Armas dijo...

No entendamos mal la moraleja del cuento....esto es como todo. La rutina mata y eso no justifica que pongamos los cuernos a nuestra pareja o que no aceptemos a la gente como son....

Esto es como las vitaminas. A veces hace falta un puntito y el puntito lo podemos tener en todos lados, incluso con nuestra propia pareja o el trabajo de siempre o con los colegas de siempre que tanto te estiman.

Olé!!!