No es un post vírico, ya que afortunadamente, hace mucho tiempo que no tengo fiebre. Pero para lo que voy a contar hoy, algo tiene que ver.
Se supone que cuando el cuerpo humano es atacado por bacterias muy agresivas, los anticuerpos tienen que hacer lo posible para eliminarlas. Dependiendo de lo sano que estés le costará más o menos. Si le cuesta más, tendrán que luchar más y aquí es donde aparece la fiebre.
Entonces podríamos decir que la fiebre es un estado en el que el cuerpo humano está en lucha, y de forma paralela se instruye para conocer a su adversario y prevenir futuras infecciones.
Pues bien, cuando las personas pasamos por momentos que nos hacen cambiar y evolucionar, nos encontramos que sufrimos una fiebre, un estado de alerta y a veces de shock que nos hace recapacitar en todos los sentidos.
¿De cuántas personas sabemos que hayan pasado por malos momentos?. Por desgracia, es el sufrimiento el que nos hace cambiar, y a la vez mejorar. A saber lo que quieres y a quien quieres al lado. Los fracasos amorosos, sociales, laborales, todo ello conlleva a pasar por un momento de frustración y tristeza que, a la larga, te empujan hacia la superficie para salir más fuerte y curado de las heridas. Nuestro sistema inmunológico emocional se refuerza y se libera.
La clave está dicha: sentirse libre. Cuando alguien se siente libre de culpa, va por la vida como si estuviera en el salón de su casa. Cuando alguien se siente con culpa se arrastra y está encadenado al miedo.
Cuando eres pequeño es muy normal tener fiebre, porque creces y tu metabolismo se desarrolla a la perfección. Cuando eres mayor, también.
Frase elegida por hoy: El hombre no se baña dos veces en el mismo río, aunque sí se puede tropezar dos veces en la misma piedra.
Se supone que cuando el cuerpo humano es atacado por bacterias muy agresivas, los anticuerpos tienen que hacer lo posible para eliminarlas. Dependiendo de lo sano que estés le costará más o menos. Si le cuesta más, tendrán que luchar más y aquí es donde aparece la fiebre.
Entonces podríamos decir que la fiebre es un estado en el que el cuerpo humano está en lucha, y de forma paralela se instruye para conocer a su adversario y prevenir futuras infecciones.
Pues bien, cuando las personas pasamos por momentos que nos hacen cambiar y evolucionar, nos encontramos que sufrimos una fiebre, un estado de alerta y a veces de shock que nos hace recapacitar en todos los sentidos.
¿De cuántas personas sabemos que hayan pasado por malos momentos?. Por desgracia, es el sufrimiento el que nos hace cambiar, y a la vez mejorar. A saber lo que quieres y a quien quieres al lado. Los fracasos amorosos, sociales, laborales, todo ello conlleva a pasar por un momento de frustración y tristeza que, a la larga, te empujan hacia la superficie para salir más fuerte y curado de las heridas. Nuestro sistema inmunológico emocional se refuerza y se libera.
La clave está dicha: sentirse libre. Cuando alguien se siente libre de culpa, va por la vida como si estuviera en el salón de su casa. Cuando alguien se siente con culpa se arrastra y está encadenado al miedo.
Cuando eres pequeño es muy normal tener fiebre, porque creces y tu metabolismo se desarrolla a la perfección. Cuando eres mayor, también.
Frase elegida por hoy: El hombre no se baña dos veces en el mismo río, aunque sí se puede tropezar dos veces en la misma piedra.